Aker

Reflexiones desde la terracita: maite zaitut

Un amor no expresado, un sentimiento atrapado en el silencio. Palabras no dichas, como hojas que caen al viento sin ser recogidas. El corazón, un eco solitario, anhelando la liberación de su secreto más profundo.
En el rincón de los “¿Y si…?”, las lágrimas se mezclan con los suspiros. Las oportunidades perdidas, los momentos que se desvanecieron como estrellas fugaces en la noche. El “te quiero” que nunca cruzó los labios y que resonó en el alma.
El destino, caprichoso y cruel, jugó su papel. O tal vez el miedo, ese enemigo invisible, mantuvo las palabras cautivas. Pero ahora, en la quietud de la retrospectiva, el corazón se lamenta. ¿Qué habría sido si hubieras dicho esas dos palabras mágicas?
La tristeza se convierte en melancolía, una melodía, una canción que solo tú conoces. Y en el teatro de los recuerdos, el telón cae sobre una historia inacabada.
Así que, si alguna vez te encuentras en ese momento crucial, no temas. Di esas palabras con valentía, porque el tiempo no espera. No dejes que tu historia se convierta en una triste leyenda de lo que pudo ser y nunca será. Dilo ahora: “Te quiero”
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