Ventana Dax 24/07/2020 estrategia #PAN #proyectoAker
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Protegido: Análisis Semanal 18-22/03/24
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- DJ30, INDICADORES DE VOLUMEN -0 ComentariosReflexiones desde la terracita: deontología en España
- TERRACITA -0 Comentarios
El código deontológico del periodista es un documento que recopila los fundamentos generales que regulan el comportamiento de los informadores. El contenido de este código tiene como objetivo mejorar el tratamiento informativo de algunas de las cuestiones sociales de mayor actualidad. Las recomendaciones que desarrolla en su interior deben ser puestas en práctica no solo por los profesionales de los medios, sino paralelamente, por los estudiantes de comunicación que serán los que ocupen dichos puestos el día de mañana. De este modo, los pupilos deben asimilarlos como eficientes y útiles, especialmente porque en el mundo laboral del periodismo no tiene cabida el informador que no respete el código deontológico, que engloba lo siguiente:
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El respeto a la verdad.
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Estar abierto a la investigación de los hechos.
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Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible.
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Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.
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Diferenciar con claridad entre información y opinión.
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Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho.
Homenaje a las víctimas de 20 años de infamia.
Reflexiones desde la terracita: Ragnahilda Vanidosa
- TERRACITA -0 ComentariosEsta es una historia real. Los acontecimientos descritos en este relato ocurrieron en Madrid en 2019. A petición de los supervivientes, los nombres han sido cambiados. Por respeto a los muertos, el resto se ha relatado tal como ocurrió.
Érase una vez una mujer llamada Ragnahilda Vanidosa, una política con un ego tan grande que su sombra tenía su propio séquito de asesores. Ragnahilda se pavoneaba por los pasillos del Congreso, ondeando su bufanda de “Yo soy la mejor” y repartiendo autógrafos hasta a los fotocopiadores.
Su oficina estaba decorada con retratos de sí misma enmarcados en oro. Había un mural gigante en la pared con la inscripción: “Ragnahilda Vanidosa, la única voz sensata en este mundo caótico”. Incluso su silla giratoria tenía bordado su nombre en hilo dorado.
Ragnahilda tenía una habilidad especial: podía absorber elogios y aplausos como una esponja. En cada discurso, se refería a sí misma en tercera persona: “Ragnahilda cree que deberíamos aumentar los impuestos”, decía, mientras su ego se inflaba como un globo.
Un día, durante un debate en el Parlamento, Ragnahilda notó algo extraño. Su sombra se movía de manera independiente. “¿Qué estás haciendo?”, le preguntó Ragnahilda a su sombra. “¿Por qué te estás separando de mí?”. Pero su sombra solo sonrió y dijo: “Ragnahilda, necesito espacio para crecer”.
La sombra de Ragnahilda comenzó a absorber todo a su alrededor. Los micrófonos, las sillas, los documentos legislativos… todo desaparecía en su oscuridad. Ragnahilda intentó detenerla, pero su sombra se había vuelto insaciable.
Pronto, la sombra de Ragnahilda se convirtió en una entidad independiente. Tenía su propio séquito de asesores y su propio escaño en el Congreso. “¿Quién necesita a Ragnahilda?”, decía su sombra. “Yo soy la verdadera líder aquí”.
Ragnahilda se encontró sola en su oficina, rodeada de paredes vacías. Su sombra había absorbido incluso su bufanda de “Yo soy la mejor”. Ragnahilda intentó recuperar su ego, pero ya no quedaba nada.
Y así, la sombra de Ragnahilda se convirtió en la nueva estrella de la política. Los periódicos la elogiaban como “La Sombra Sensata”. La gente la seguía en Twitter y asistía a sus mítines. Ragnahilda, por otro lado, se retiró a una cabaña en el bosque, donde rumiaba sobre la ironía de su destino.
Reflexiones desde la terracita: El laboratorio de ideas de la Playa de la Concha
- ALGORITMICO, TERRACITA -0 ComentariosEn su laboratorio de ideas, la arena se convertía en líneas de código y las conchas en variables. El sol brillante era su fuente de energía, y el viento salado le soplaba fórmulas matemáticas al oído. Allí, rodeado de naturaleza y con el sonido del mar de fondo, el bueno de Manuel trazaba planes para maximizar ganancias y minimizar riesgos.
Un día, mientras observaba las olas romper contra las rocas, tuvo una revelación. Creó un algoritmo basado en el movimiento de las mareas y las fluctuaciones del mercado. Este algoritmo, que llamó “Las olas de la Concha”, le permitió obtener beneficios consistentes. Los otros traders lo miraban con asombro y se preguntaban cuál era su secreto.
Pero Manuel no revelaba su fuente de inspiración. Solo sonreía y decía: “La naturaleza es mi mejor consejera”. Y así, continuó sus paseos por la concha, refinando sus estrategias y sacando robotillos que eran éxitos en los mercados financieros.
Dicen que aún hoy, cuando la marea sube y el sol se refleja en el agua, se puede ver a Manuel en la playa, absorto en sus pensamientos, convirtiendo la belleza natural en ganancias digitales.
Reflexiones desde la terracita: El tatuajes
- TERRACITA -0 ComentariosHabía una vez un trader intrépido llamado el tatuajes, cuya ambición de riqueza lo llevó a desafiar todas las convenciones del mundo financiero. El tatuajes no estaba interesado en las estrategias tradicionales ni en los consejos conservadores de los gurús de Wall Street. Él quería más, mucho más.
La Regla de la Avaricia Desmedida: El tatuajes no se conformaba con pequeñas ganancias. No, él quería el tesoro completo. Así que decidió arriesgar todo su capital en una sola operación. “¿Por qué conformarse con migajas?”, pensó. Compró acciones de una empresa de criptomonedas que prometía ganancias astronómicas. Pero, como en todo cuento, la avaricia tiene su precio. La empresa colapsó, y el tatuajes perdió todo.
La Regla del Consejo Ignorado: Los veteranos le advirtieron: “Diversifica tus inversiones”. Pero el tatuajes no estaba interesado en la diversificación. Él creía que tenía la fórmula mágica para hacerse rico de la noche a la mañana. Así que ignoró los consejos sensatos y se centró en una sola acción. El resultado fue desastroso: la acción se desplomó, y el tatuajes quedó en bancarrota.
La Regla del Trading Emocional: El tatuajes no era un robot. Sus emociones lo dominaban. Cuando las acciones subían, se sentía eufórico y compraba más. Cuando bajaban, entraba en pánico y vendía. Su estrategia se basaba en impulsos y sentimientos, no en análisis. Y, como era de esperar, sus emociones lo llevaron al abismo financiero.
La Regla de la Falta de Educación Financiera: El tatuajes no se molestó en aprender sobre los mercados. No entendía los gráficos, las tendencias ni los indicadores. Simplemente, seguía rumores y consejos de foros en línea. Su ignorancia lo convirtió en presa fácil para los tiburones financieros. Perdió dinero en esquemas piramidales y operaciones fraudulentas.
La Regla de la Impaciencia: El tatuajes quería resultados inmediatos. No estaba dispuesto a esperar. Así que se volvió hacia el trading intradía. Compraba y vendía frenéticamente, sin analizar. Pero el mercado no se movía a su ritmo. Las comisiones se acumularon, y su cuenta se redujo a cenizas.
En el final de esta historia, el tatuajes no se hizo rico. Se convirtió en un ejemplo de lo que no se debe hacer en el mundo del trading. Las reglas existen por una razón: para proteger a los inversores de sí mismos. El tatuajes aprendió la lección de la manera más dura. Y tú, querido lector, recuerda: no rompas las reglas si quieres mantener tu capital.